Los presidentes de Panamá, Laurentino Cortizo, y Costa Rica, Rodrigo Chaves, se desplazaron este viernes hasta la región de Darién -fronteriza con Colombia- para abordar juntos el fenómeno migratorio, con la llegada diaria de miles de personas migrantes irregulares en su camino hacia Estados Unidos.
«Panamá hace un esfuerzo titánico para atender a los miles de migrantes irregulares que atraviesan la peligrosa jungla del Darién, con el propósito de salvaguardar sus vidas; sin embargo, esta crisis es una situación insostenible que a los panameños nos afecta directamente», afirmó Cortizo en un mensaje en X (antes Twitter).
Los mandatarios acudieron esta mañana al centro de recepción migratoria de Lajas Blancas, un lugar instalado por las autoridades panameñas para dar atención médica, alimento y cobijo a los miles de personas migrantes que atraviesan a diario la selva del Darién.
Esos grupos migrantes, agotados por el trayecto durante días por la selva y en ocasiones con problemas de salud o con lesiones, llegan al centro de Lajas Blancas en canoa por el río Turquesa, después de hacer una primera parada en el poblado de Bajo Chiquito, donde las autoridades panameñas registran a las personas recién llegadas.
Con información de Deutsche Welle
